
Un monovarietal inigualable
Las peculiaridades del clima, las propiedades del suelo en el que nace, la variedad del fruto, la elección del momento óptimo de recolección y el mimo que recibe.
Múltiples factores que hacen que de una oliva pequeña de color verde de maduración temprana, conocida como arbequina, resulte un aceite dorado con pinceladas verde etiquetado como Alma de Jerez Arbequina.
Asumiendo un total control de trazabilidad del producto desde el inicio al final del proceso, en Alma de Jerez combinamos la producción mecanizada de la variedad arbequina con la excelencia en la producción integral dentro de nuestro pago.
Para la elaboración de este singular zumo, las aceitunas tienen una recolección nocturna.
Perfil Sensorial: Arbequina
Aceite de intensidad alta de frutado con combinación equilibrada de matices verdes y maduros, signo de la precisa elección del momento óptimo de maduración. Notas de frutas maduras y verdes, que recuerdan a la hierba recién cortada y a tomate, que imprimen complejidad al aceite.
En boca, tanto amargo como picante se perciben de forma agradable, y se armonizan con el atributo almendra, volviendo a aparecer la frescura de los matices verdes ya percibidos en nariz.
